Viajar a Chiang Mai, en el norte de Tailandia, ha sido una experiencia transformadora que abrió nuevos horizontes en mi carrera como orfebre. Aprender técnicas como la filigrana, forja y repujado de la mano del maestro Taweesak Molsawat fue sumergirme en una tradición milenaria, una práctica que enriquece no solo mi arte, sino también mi espíritu.
El viaje comenzó en Bangkok, Dos dias para conocer esta maravillosa ciudad, la capital moderna del antiguo reino de Siam. entre algunos de los lugares que visite y me asombraron estan:
- National Museum Bangkok: Tesoros, armas y objetos siamesas con siglos de antigüedad en las galerías de un palacio del s. XVIII.
- The Grand Palace: un bellisimo conjunto de palacios reales construido en 1782, que ahora alberga un museo abierto a los visitantes.
- Wat Phra Chetuphon - Wat Pho: Templo emblemático que tiene terrenos tranquilos con un Buda gigante reclinado, arte histórico y estatuas.
- Jim Thompson House Museum: Casa de teca de estilo tailandés del empresario Jim Thompson con una colección de arte y visitas guiadas.
- Imponente templo budista junto al río que se destaca por su torre central decorada con mosaicos.
- Bangkok Art and Culture Centre: Gran recinto de exhibición y espectáculo de arte contemporáneo, con una cafetería, librería y biblioteca.
De ahi, viaje al Chiang Mai, la antigua capital del reino, en donde a cada esquina encuentras templos con hermosa arquitectura, aroma de incienso, gatos guardianes y cantos de monjes. En estos lugares es donde las antiguas tradiciones artesanales siguen vivas.
Bajo la guía de Taweesak, un maestro que lleva la tradición en la piel, fui aprendiendo a trabajar con metales y a entender la filosofía de los oficios antiguos. Cada jornada estuvo llena de aprendizajes, desde la precisión del repujado en metal hasta la sutileza de la filigrana, que requería una paciencia que nunca había explorado de esta manera.
La ciudad misma era una mezcla de lo antiguo y lo moderno, y un lugar que respiraba historia. Visitamos el Templo de Plata, donde las intrincadas estructuras de metal brillaban bajo el sol, testigos del profundo conocimiento de repujado y forja en la región. Fue un momento de conexión espiritual, algo que quedó impregnado en mi proceso creativo.
Además de las clases, tuve la oportunidad de explorar la naturaleza que rodea Chiang Mai, como el Monte Suthep. La vista desde la cima me dejó sin aliento, un recordatorio de cómo lo espiritual y lo natural se entrelazan en la vida cotidiana tailandesa. Cada paisaje, cada templo, y cada interacción con los artesanos me ayudó a comprender mejor mi propia identidad como orfebre.
El viaje culminó en Bangkok, una ciudad vibrante donde las tradiciones y la modernidad coexisten de forma fascinante. Fue el contraste perfecto a la tranquilidad de Chiang Mai, donde pude reflexionar sobre todo lo que había aprendido.
Si alguna vez has considerado viajar para enriquecer tu arte, te invito a unirte a Craft Abroad en esta aventura. Con ellos, tendrás la oportunidad de aprender de maestros locales en lugares como Chiang Mai, donde el arte y la cultura se encuentran en cada rincón. Es una experiencia que no solo te enseña técnicas, sino que te cambia como creador y como persona.